Euskadi se asoma a la frontera cuántica: lo que el proyecto BasQ puede significar para la empresa vasca
A veces, las grandes revoluciones tecnológicas no llegan con un estruendo, sino con un silencio expectante.
Euskadi acaba de dar un paso importante hacia una de esas fronteras: la computación cuántica.
El proyecto BasQ (Basque Quantum), impulsado por el Gobierno Vasco junto a las diputaciones y centros de investigación como DIPC o Ikerbasque, busca situar a nuestra comunidad en el mapa europeo de las tecnologías cuánticas.
Un movimiento que podría parecer lejano a la realidad empresarial actual, pero que conviene observar de cerca.
Porque cuando un territorio invierte en ciencia de frontera, no lo hace solo por curiosidad académica: lo hace para preparar el terreno del siguiente ciclo económico.
Qué es BasQ y qué pretende
BasQ es la estrategia cuántica de Euskadi.
Un plan para atraer talento, impulsar investigación y desplegar infraestructuras que permitan desarrollar tecnología cuántica desde aquí.
Entre sus objetivos destaca la instalación de un ordenador cuántico IBM en Donostia, integrado en la red internacional de IBM Quantum.
Una infraestructura que convertirá a Euskadi en uno de los pocos lugares de Europa con acceso directo a un sistema cuántico de este nivel.
No es un logro menor.
Pero más allá de la ingeniería, el verdadero valor estará en lo que el ecosistema industrial sea capaz de hacer con ello en los próximos años.
Una tecnología en fase de promesa
La computación cuántica vive un momento similar al que vivía Internet en los noventa o la inteligencia artificial hace apenas unos años:
un punto de inflexión donde la promesa científica empieza a rozar la aplicabilidad real.
Los grandes actores globales (IBM, Google, Microsoft, Amazon, Rigetti, IonQ…) están invirtiendo miles de millones en el desarrollo de hardware y algoritmos cuánticos.
Y, como ocurre siempre en las fases tempranas, hay tanto ruido como descubrimiento.
Nadie puede asegurar todavía si esta tecnología escalará con la rapidez que se espera o si quedará confinada a entornos de investigación avanzada durante una década más.
Pero ignorarla sería un error.
Porque, incluso si la revolución tarda, el conocimiento que se genera alrededor de ella —nuevos modelos de computación, nuevos lenguajes, nuevos modos de optimizar— puede transformar otras áreas antes de lo previsto.
Qué puede implicar para las empresas vascas
A corto plazo, probablemente poco.
No veremos aún fábricas optimizadas por qubits ni algoritmos cuánticos tomando decisiones financieras en tiempo real.
Pero a medio plazo, la historia podría ser diferente.
Las tecnologías cuánticas apuntan a cambiar radicalmente la forma en que entendemos la simulación, la optimización y el aprendizaje automático: tres pilares donde la inteligencia artificial y la analítica de datos ya son esenciales para la competitividad empresarial.
Imaginemos, por ejemplo:
Procesos logísticos optimizados con miles de variables simultáneas.
Predicciones de mantenimiento o demanda basadas en modelos híbridos IA-cuánticos.
Simulaciones moleculares imposibles hoy con los ordenadores clásicos.
Si alguna de esas aplicaciones se hace viable, las empresas que entiendan antes su potencial estarán en una posición privilegiada.
Y el ecosistema BasQ puede ofrecer el terreno perfecto para explorarlo, conectar con investigadores y acceder a pilotos o proyectos colaborativos.
IA y computación cuántica: convergencia (¿inevitable o exagerada?)
La relación entre inteligencia artificial y computación cuántica no está todavía escrita.
Algunos la ven como una unión inevitable; otros, como una burbuja conceptual.
Pero es innegable que la IA será una de las primeras disciplinas en beneficiarse si la computación cuántica cumple sus promesas.
Los modelos actuales de machine learning son cada vez más potentes… y más costosos.
Entrenar una red neuronal avanzada requiere cantidades de energía, tiempo y hardware que ya rozan el límite de lo sostenible.
La computación cuántica promete romper ese techo, al menos teóricamente.
Y si lo hace, no será de golpe, sino mediante un proceso híbrido: una transición gradual donde los sistemas clásicos y cuánticos coexistan.
Por eso, más que preguntarse cuándo llegará, conviene preguntarse cómo prepararse.
El papel de las consultoras tecnológicas en este nuevo escenario
Para las consultoras de IA, innovación y datos, esta nueva ola no implica reemplazar lo que ya sabemos, sino mantenernos atentos.
Escuchar, conectar con el ecosistema BasQ, observar los primeros casos reales y —cuando tenga sentido— trasladar ese conocimiento a nuestros clientes.
El reto no es vender promesas, sino traducir avances complejos en oportunidades comprensibles y útiles para la empresa vasca.
La historia demuestra que quienes mantienen esa mirada estratégica —sin caer ni en el escepticismo ni en la euforia— son los que terminan liderando cuando la ola madura.
Euskadi, terreno fértil para la próxima década tecnológica
Euskadi ha demostrado tener una combinación poco habitual: capacidad industrial, visión científica y voluntad institucional.
Con BasQ, añade un nuevo componente a esa ecuación: la apuesta por tecnologías de frontera.
Puede que la computación cuántica tarde más de lo esperado en aterrizar.
O puede que, como ocurrió con la inteligencia artificial, cuando llegue, lo haga de golpe.
Sea como sea, lo inteligente es estar cerca cuando empiece a tomar forma.
No para subirse a la ola, sino para entenderla desde dentro.
Skootik / PKF Attest seguirá de cerca la evolución del ecosistema BasQ y sus implicaciones en la estrategia tecnológica de las empresas vascas.
Porque el futuro —cuántico o no— pertenece a quienes saben anticiparse.